El grupo de movilidad francés necesitaba cinco nuevos minibuses para cubrir rutas escolares en la zona del Alto Garona
Un modelo de gestión, que se caracteriza por la prudencia, el arraigo social y la visión de futuro son solo algunos de los secretos que esconden muchas empresas centenarias, como Couret Voyages. Esta compañía francesa ha sobrevivido a casi todo: sucesivas crisis económicas, epidemias, cambios disruptivos en los modelos de producción, comercialización, logística y comunicación. Ni la digitalización ni la economía globalizada han podido con ella.
Respecto a sus proveedores, en muchas ocasiones este tipo de compañías persiguen relaciones de largo recorrido. Su objetivo es dotarse de las mejores y más duraderas herramientas, que ofrezcan un servicio que evolucione con ellos. Por eso, cuando hace dos años el primer vehículo de Integralia, un ONE modelo T4, entró a formar parte de la flota del grupo de transportes francés, se cumplieron todas las expectativas que podía conseguir la empresa gala de un fabricante de minibuses.
Tres años después de aquel acuerdo, ahora la compañía francesa ha vuelto a confiar en Integralia. ¿El protagonista de este momento? Nuestro T-One dirigido al transporte de escolares. Como características más importantes destaca que el vehículo dispone de hasta 22 plazas más conductor y climatización en zona de pasajeros.
Cuando Eugène Couret creó Transports Couret en Francazal, dentro del departamento del Alto Garona, corría el año 1920. Su objetivo era facilitar a las familias de la región la posibilidad de recorrer las ferias y mercados de la zona. Durante estos 100 años la empresa ha crecido mucho más de lo que Eugène se atrevió a imaginar. Hoy, Jean Marc Couret dirige una empresa con una flota de más de 40 vehículos, 70 empleados, rutas regulares por las regiones vecinas y viajes internacionales. ¿Quién se atreve a soñar tan alto?